Conquista la Mente. Conquista el Mundo
QUIERO HABLARTE DE TU COMPAÑERA MÁS IMPORTANTE Y DE SU ESTRUCTURA; LA MENTE. Todo ser humano que quiera lograr la excelencia y desarrollar un carácter y calibre que sostengan los valores del alma, necesita tener una relación directa y fundamental con su mente. Debes tener un entendimiento básico práctico de la concepción, pro- piedades, Aspectos y Proyecciones de la mente así como de sus 81 Facetas. Este es el requisito mínimo para desarrollar la sensibilidad humana. Así que prepárate para un estudio intenso, no para un debate intelectual, pero sí para una confrontación inteligente con tu propia experiencia. ¿Por qué necesitamos hacer esto? Guru Nanak nos dijo:
Man Lliitei Llag Lliit
– Guru Nanak, Siri Guru Granth Sahib, página 6 (28avo. paurii (ver-so) del Llaplli Sahib – poema devocional sikh)
Si conquistas tu mente, puedes conquistar el mundo.
Si podemos dominar el uso y el comando de la mente, podremos disfrutar de este mundo y vivir en forma verdadera, agraciada y próspera.
Permítanme hacer algunas afirmaciones o decir algunas verdades que provocan e invitan a profundizar en este estudio:
- La mente es tu mejor amiga y tu peor enemiga a la vez.
- No hay nada sin la mente y no hay nada con la mente.
- Aquel que controle la mente controlará toda la psique del universo.
- Tu propia mente es la responsable de todos tus problemas y también de
- tus éxitos.
- La mente tiene la facultad esencial de ser más rápida que el tiempo y
- el espacio. Y, como tal, es tan peligrosa que puedes hacer cosas engañosas, imaginativas e involuntarias. Al mismo tiempo es tan útil que podrás crear milagros.
- La mente tiene una facultad esencial que te permite expresar lo divino en ti. La mente es una facultad que te permite entender toda la creatividad
L A MENTE: SUS PROYECCIONES Y MÚL TIPLES FACE TAS
La mente se te dio a ti para ti.
Si no existe una relación entre tu mente y tú, no hay una dirección entre tu mente y tú. Si no hay una sólida dirección entre tu mente y tú, tu vida no será nada más que un desastre para ti, para tus hijos y para la siguiente generación.
La mente es la facultad que te puede dar la velocidad y el poder de Dios y también puede arruinar a la humanidad en su propia red de imaginación, ego y deseo.
La mente es una facultad que, cuando se aplica a través del ego, sólo arruina al ser humano y impidiéndole crecer, bajo cualquier circunstancia, para llegar a ser algo más que un simple animal.
Esta poderosa facultad está contigo todo el tiempo y funciona, pienses en ella o no. ¿Te das cuenta de cuán importante es tener una clara relación con la mente? Puedo continuar diciendote muchas cosas que jamás has oído. La mente es sutil y se entrelaza con todos los aspectos de nuestra vida, nuestros problemas y nuestra excelencia.
La mente es tangible, práctica y siempre está contigo. Tú la puedes afectar de muchas maneras. No es algo que esté más allá de tu alcance y de tu im- pacto. En una simple frase: “Hay dos maneras de lidiar con la mente: O la mente está a tú disposición o tú estás a disposición de la mente”. Esta es una declaración honesta, sencilla y verdadera.
Siempre que estás sometido a tu mente, actúas mal e involucionas. Em- piezas a decir cosas como: “No puedo cambiar mis sentimientos”, “No puedo entenderlo”, o “No puedo creerme a mí mismo”. En ese momento no utilizas tu mente para relacionar tu alma con tu vastedad sino que reaccionas bajo la dirección de la mente y de su apego a tu personalidad, tu ego y tu ambiente. Y, así, es como eres sometido por la mente.
Cuando tu mente se somete a ti, actúas y te vuelves superior. (evolucio- nas?) Tienes claridad y transmites tu excelencia. Piensas: “Yo soy, yo Soy”, “Yo confío en que soy digno de confianza”. Por lo general, pensamos que tenemos algo real y de valor cuando tenemos algunos miles de dólares aquí, o algún millón de dólares allá, o una esposa hermosa o diez novias. Creemos que esa tentación o esa proyección de nuestra mente tiene algún valor básico. ¡Olvídenlo amigos! No tiene ningún valor, ni una pizca.
Excelencia, conciencia y calibre vienen a ti cuando haces que tu mente juegue el juego que tú y tu alma quieren. Cuando tú juegas el juego que tu mente te hace jugar, te arruinas y te causas dolor. La mente es vasta y se extiende a través de la totalidad del universo. Está involucrada en todo. Y así, te conviertes en víctima en varias formas. Eres víctima de tu subconsciente, que es parte de tu mente. Eres víctima de tu consciente, que es parte de tu mente, incluso eres víctima de tu conciencia, absolutamente su-
prema, que también actúa a través de tu mente.
Cuando tienes una relación establecida con tu mente, todo el tiempo te das cuenta de la frecuencia, Proyección, Faceta y parte de la mente que actúa, así como del chakra a través del cual estas actuando. Te das cuenta de que la mente utiliza varias de sus partes y de que la gran mente tiene tres Mentes Funcionales: Mente Negativa, Mente Positiva y Mente Neutral. Tu mente piensa, siente y actúa de manera diferente en cada una de ellas. Las Mentes Funcionales colorean todas tus acciones y pensamientos. Sin la conciencia y control de tu mente, te rindes ante tus propios juicios y . . . dejas que tu mente decida por ti!
Sólo imagina tu condición normal. Cuando estás hablando de negocios con alguien, justo en la pariferia de tu conciencia central, tu mente envía una corriente de pensamientos: “Suenas bien, ahora te escuchas mal, te falta confianza, estás mal, debes estar bien . . . etc”. ¿Quién juzga? Tu mente es un torrente de pensamientos, impresiones y reacciones. Es una colección de fa- cultades animales y humanas bajo la presión de los sentidos y bajo la presión social. Pero tú no eres la mente. Tú no eres ese torrente de pensamientos y reacciones. Por lo tanto, tu mente no puede juzgar si eres bueno o malo, correcto o incorrecto, confiado o lleno de dudas. ¡Si tú no controlas tus Pro- yecciones Mentales y acciones desde un punto de equilibrio y de conciencia, estás renunciando a tu capacidad de juicio y a tu identidad! Tus palabras y acciones pierden impacto, coherencia y profundidad.
Tienes unas facultades increíbles en tu cuerpo humano y en tu cerebro. Pero, ¿qué pasa si no estás relacionado con la mente? ¿Qué sucede? No tie- nes control sobre de ti para enfrentarla y dejas que te controlen tus hábitos. Y, cuando los hábitos te controlan, eres un desastre robótico. Llama a esta condición como quieras — neurosis entrelazadas, conciencia inválida, com- portamiento estereotipado. Cualquiera que sea tu terminología es, esencialmente, una red de hábitos que controlan tu psique y a ti.
Esto sucede porque la mente tiene la capacidad de actuar como una grabadora. Cuando entra un hábito a la grabadora, ésta empieza, automática- mente, a reproducirlo en tu comportamiento, sentimientos y pensamientos. Capa tras capa de pensamientos se forma en la mente subconsciente de cada persona.
Cuando utilizas los hábitos conscientemente, puedes actuar con rapidez y automatizar acciones que requieran poco cambio. Pero cuando los usas sin que haya una relación entre tu mente y tú, los hábitos te quitan tu espontaneidad, aquello que es singular en ti y en tu proyección. Puedes es- coger entre vivir consciente en la excelencia, o vivir sujeto a los estereotipos de tus hábitos subconscientes.
Si escoges vivir en tu excelencia, entonces debes ser responsable de ti mismo. Debes reconocer la capacidad de tu mente, reconocerte a ti mismo y dirigir esa relación. Todos nosotros queremos vivir con excelencia y experimentar amor, felicidad y el éxtasis de la vida. ¿Cómo podemos llegar ahí? Tú necesitas una mente simple. Necesitas la capacidad de la inocencia ante tu propia alma. Necesitas la calidez del corazón y la claridad de la cabeza. Es algo que no puedes comprar en el supermercado, ni obtenerlo aferrándote a alguna creencia. Viene a ti sólo cuando tu mente se vuelve pura y muy simple.
El problema es que sin una clara relación con tu mente, el ego toma el mando. Y al ego le encantan las complicaciones. En lugar de hacer lo necesario y regocijarse del fruto de esas acciones, cualesquiera que pudieran ser, sigues las reacciones de la mente y creas complicaciones. Tienes miedo y tratas de controlarlo todo. Tu forma de controlar es la compensación emocional. En lugar de crear un cauce claro, una acción correcta, una semilla potente, quieres simpatía. Para obtener simpatía actúas con apatía, como si no fueras poderoso o no fueras responsable de actuar. ¡Tú quieres atención y tratas de tenerla con un grito o un puchero! Tú tratas de todo excepto dejar que las cosas progresen hacia el éxito y su feliz término. Tú no tienes confianza, porque no tienes claridad y no te relacionas con tu mente. Por esa razón un ser humano, que ha sido creado a la imagen de Dios, puede ser acorralado por el fracaso y la infelicidad. Actúas como si nada fuera real para ti, como si pudieras actuar y crear sin una cierta y precisa consecuencia. Cuando reconoces tu propia naturaleza básica, reconoces el poder de tu pureza, piedad e inocencia. Entonces forjas una simple y directa relación con la mente y todas sus complicaciones.
¿Cómo podemos llevar a cabo esta relación? Por eso es que nosotros meditamos.
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